Por Jimena COLUNGA GASCÓN
"Lo que más me gusta de vos es algo que no habrá tiempo capaz de quitártelo."
- Mario Benedetti
El simulacro de amarte eternamente
mientras dura la décima parte del día
lleno de tu sonrisa
y el mordisco que me quedó en el cuello
la última vez que te despediste.
Observarte profundamente
y acariciarte la cara como el tesoro hundido
nunca antes buscado
y sin embargo brillando violentamente
al calentarme el corazón.
Jurarte con la piel y las entrañas
mi adoración por siempre,
siempre siendo hoy,
como reza el paisano, el poeta,
el narrador de los instintos atándome a tu piel.
La imaginación fugaz
de infinitas caminatas por el mundo
escuchando sólo la sinfonía
de tus palabras detrás de mi pelo,
llamándome Mi Amor.
Cerrar los ojos ingenuamente
para conservar el perfume enervante
de este violento gozo
que sabe tu sola existencia
en esta única vida donde te tengo.
La apariencia maldita
de haberte encontrado para nunca más perderte
en este mismo instante cuando ya te has ido
y vuelves sólo en humo,
el humo del deseo,
el humo del fervor.
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